Héroe ten. de frg. Miguel piloto naval caído en combate sobre Darwin |
Comenzó sus estudios en la
Escuela Nº 99 (hoy Escuela N° 23), y pasó luego por el excolegio Nacional y en
ambos establecimientos dejó grabada en la memoria de sus compañeros y docentes
su imagen bondadosa y siempre alegre.
En 1975 ingresó como cadete en la Escuela Naval Militar,
donde sus compañeros pronto lo bautizaron “Coquito”. Inquieto, locuaz, gracioso
y feliz fueron características de aquel muchacho puntaltense que comenzaba a
desplegar sus alas.
Aquellos que lo conocieron en la escuela recuerdan su gusto
por la música y el yachting y su afable compañía en los días de descanso.
Además, vieron cómo día a día se convertía en el hombre que en la guerra con
Gran Bretaña por las islas Malvinas demostraría el valor que llevaba en su
alma.
Comenzaba la década del 80 cuando a Daniel Miguel le dieron
sus merecidas “alas”, distintivo del aviador naval. Y mostrando sus dotes de
piloto, ingresaba en 1981 a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque
(EA41).
Su sueño se materializaba poco a poco. Con su esfuerzo había logrado lo que siempre había querido: convertirse en piloto de avión escribiendo en el cielo su historia, su vida y su pasión.
Tenía 24 años y comenzaba a bosquejar su futuro, preparando
los detalles de su boda.
Pero un 25 de mayo de 1982 tuvo que poner rumbo al sur con
su avión Aermacchi. La Patria le pedía que protegiera la soberanía sobre las
islas Malvinas.
La heroica misión del teniente de corbeta Miguel
El 28 de ese mes, cerca del mediodía, el comandante de la
EA4, entonces capitán de corbeta Carlos Molteni, recibió la orden de efectuar
una misión sobre Puerto Darwin para dar apoyo a las fuerzas argentinas que
defendían esa posición. Daniel Miguel lo secundaría.
El teniente subió a su avión, rodó hacia la cabecera de la
pista y esperó la orden de despegue. Las ruedas del “Macchi” se impacientaban
por abandonaron el suelo. Hasta que se escuchó la voz de Miguel:
—En el aire.
La meteorología empeoraba a medida que se acercaban al objetivo.
Les ordenaron regresar porque la visibilidad era nula. Ya a las 15:30, todo
estaba dispuesto para una nueva salida, pero otra vez el tiempo les jugó una
mala pasada: un fuerte viento les impidió despegar. Sin moverse del lugar en
donde estaban, esperaron las condiciones propicias, que llegaron una hora y
media después.
Bien pegados al terreno, volando a muy baja altura, los dos
Aermacchi se dirigieron hacia su objetivo: la posición de la Infantería
británica en una hondonada frente a la escuela de Darwin.
“Sus últimas palabras quedaron grabadas para siempre en mis
oídos”, contó el suboficial auxiliar de la Fuerza Aérea, Norberto Bazaéz, que
fue en ese momento director de tiro “ECO”:
—Allá voy —respondió el teniente Miguel cuando le asignaron
el objetivo por radio.
Fueron apenas segundos en los que el valor del teniente
Miguel lo llevó a cumplir con la que sería su última misión (a pesar de que
hasta la naturaleza parecía gritarle el peligro que lo acechaba): defender a un
grupo de soldados argentinos que resistían en Darwin y Pradera del Ganso.
Los dos aviones atravesaron un denso fuego antiaéreo y
aunque el capitán Molteni logró evadirlo y regresar a Puerto Argentino, el
MC-339 4-A-114 que piloteaba Miguel fue derribado.
Hoy, el teniente de fragata post mórtem Daniel Enrique
Miguel descansa bajo el cielo del sur. Custodio de aquello por lo que ofrendó
su vida, se convirtió en un héroe de Malvinas puntaltense.
En su homenaje, el Centro de Veteranos de Guerra y
Familiares de Caídos en Malvinas de Punta Alta construyó en 2008 un monumento
en su honor con un avión Aermacchi donado por la Armada.
Honor eterno por esta gente!!!!!!!!!
ResponderBorrarVerdaderos HÉROES de la patria.Dieron todo,por ella!QEPD descanse,HÉROE MIGUEL!
ResponderBorrarViva la patria!
ResponderBorrarHonor y Gloria!!!
ResponderBorrarlo conoci personalmente nates de malvinas en Punta Indio Una gran persona exelente piloto y un heroe
ResponderBorrarHéroes.
ResponderBorrarGracias por recordarlo
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