El conflicto encuentra a esta Escuadrilla con sus aeronaves
Mcdonnel Douglas A-4Q ¨Skyhawk¨ visiblemente afectadas, fundamentalmente por
una creciente dificultad que obstaculizaba la normal reposición de determinados
materiales considerados imprescindibles, tanto para el vuelo como para la
operación.
Bajo estas circunstancias, el día 29 de marzo se embarca en
el Portaaviones ARA "25 de Mayo" con los tres únicos aviones en
servicio, formando parte del Grupo Aeronaval de la Fuerza de Tareas anfibias.
Si bien participan activamente en la reconquista de las Islas, sus servicios no
serían requeridos en tal oportunidad debido a la escasa resistencia que
ofrecieron las tropas británicas al accionar de nuestra Infantería de Marina.
Una vez lograda la consolidación de nuestras tropas, la Escuadrilla regresa con
el portaaviones a puerto.
Una vez allí y gracias a un inmenso esfuerzo logístico tanto
de personal de mantenimiento de la Unidad como del Arsenal Aeronaval Nº 2 y del
Taller Aeronaval Central, se logra aumentar de tres a ocho el número de
aeronaves en servicio. En este nuevo contexto, los pilotos se adiestran para
operar abordo bajo condiciones diurnas, en tareas de ataque a unidades de
superficie, apoyo aéreo directo y defensa anti-aérea, incluyendo practicas de
reabastecimiento en vuelo con aviones KC-130 de la Fuerza Aérea Argentina y
ejercitaciones de armas para lanzamiento rasante de bombas retardadas en
reguero.
El 28 de abril zarpa el portaaviones hacia la zona de operaciones, ese día se incorporan por secciones los seis primeros aviones, mientras que el 30 del mismo mes, estando el buque al Sudeste de Puerto Argentino, se incorporan los dos últimos aparatos.
Acaecido el 1 de
mayo, en razón de la cercanía de la Fuerza de Tareas Inglesa, comienzan a
cubrirse distintas guardias de ILC (2 aeronaves), Tanque (1 aeronave), Ataque
Antisuperficie (4 aeronaves configuradas con 6 bombas MK82 con cola retardada +
1 aeronave con capacidad de interferencia via lanzamiento de Chaff). En estas
condiciones la Escuadrilla se dispone a atacar a un grupo de portaaviones
enemigos que se encuentran ubicados al Norte de Puerto Argentino, pero las
condiciones meteorológicas impiden la concreción del ataque. No obstante ello,
continúan las salidas como interceptores ante diversas alarmas de ataque aéreo,
aunque no llega a entablarse combate aéreo con el enemigo.
Habiéndose ordenado que el portaaviones tocara puerto en la
Base Naval Puerto Belgrano, el día 8 de mayo todas las aeronaves regresan a
Espora y se da fin a las operaciones de la Escuadrilla como grupo embarcado.
Tras la nueva disposición estratégica, el día 12 de mayo se
reinicia el despliegue de la Escuadrilla despegando las ocho aeronaves desde
Espora hacia Río Grande, arribando cuatro de ellas el dìa 13 y las
restantantes, que debieron regresar por fallas, el día 15.
El 21 de mayo comenzaría la batalla por el Estrecho de San
Carlos, abriéndose para la Aviación Naval un capítulo lleno de coraje y
heroísmo en la que un puñado de sus hombres, verdaderos profesionales, realizan
hazañas memorables.
A las 10:10 hs. despega la 1ra. División con la tarea de
atacar unidades navales en el Estrecho de San Carlos. El líder y segundo
llevaban los únicos aviones con equipos VLF-OMEGA de los que disponía la
Unidad. Debido a que estos equipos funcionaron incorrectamente, las seis
aeronaves recalaron en un puno no previsto. Después de realizar una búsqueda de
15 minutos bajo condiciones meteorológicas adversas y sin poder avistar el
estrecho de San Carlos, la División se ve obligada a regresar a Río Grande.
El tiempo necesario para reparar algunas fallas fue lo que separó a los aviones de la 2da. División en dos secciones reforzadas.
La primera despega a las 14:10 hs. y la segunda hace lo
propio a las 14:25 hs., ambas con la misión de avanzar por el Estrecho en dirección
a la Bahía San Carlos. La primera sección recala en la boca Sur del Estrecho y
se recuesta sobre la Isla Soledad; antes de llegar a la Bahía de San Carlos
avista en la Bahía Ruiz el Puente de la Fragata Tipo 21 HMS "Ardent",
atacándola a las 15:02 hs. La Ardent, ya herida por haber recibido alrededor de
una hora antes el ataque de aviones Dagger del Grupo 6 y Skyhawk del Grupo 5 de
Caza de la Fuerza Aérea Argentina, (los cuales lograron acertarle 4 bombas,
aunque una de ellas alojada en la popa no estalló), vislumbraba el fin cuando
la sección del Capitán de Corbeta Alberto Jorge Philippi descarga sus doce
bombas de 500 libras, dos de las cueles hacen impacto en la popa.
Para el comandante de la Ardent, el ataque de los A-4Q de la
Armada fue decisivo, ya que el resultado inmediato de la explosión de ambas
bombas fue la rotura del timón, la
escora inmediata y el embarque incontrolado de agua por la popa. Minutos
después, asistida por la HMS "Yarmout", la Ardent fue abandonada,
hundiéndose en aguas del Estrecho de San Carlos.
Después del ataque, una Patrulla Aérea de Combate (PAC) de
aviones Harrier avista desde una altura de 10.000 pies a los tres aviones A-4Q
que escapaban por el estrecho. Lanzados
a la interceptación, el líder derriba al avión del Capitán Philippi con
su misil AIM-9L "Sidewinder". En el mismo momento, su numeral hacia
lo propio derribando el avión del Teniente de Navío Marcelo Márquez con cañones
de 30 mm.; la aeronave explota sin dar ninguna chance de supervivencia a su
piloto.
Posterior al derribo del Capitán Philippi, el líder cierra
distancia sobre el avión del Teniente de Navío José César Arca, logrando
acertarle varios disparos con sus cañones de 30 mm.; a causa del las averías sufridas, las cuales le
ocasionaron la pérdida de combustible de los tanques alares y del liquido
correspondiente a todos los sistemas y superficies de control de accionamiento
hidráulico, el Teniente Arca se dirige a Puerto Argentino, donde eyecta cayendo
al agua cerca de la costa.
Mientras el Teniente Arca sería rescatado por un helicóptero
UH-1H del Ejercito Argentino al mando del Capitán Jorge Svensen, quien a falta
de guinche para izado arriesga su aeronave llegando a hundir un esquí en el
agua en cumplimiento de su misión, el Capitán Philippi sobreviviría tres dias
en el terreno hasta llegar a un establecimiento habitado por Kelpers tras
eyectarse cayendo en las aguas del Estrecho de San Carlos y nadar hasta la
costa.
Izq. capitán de corbeta Jorge Alberto Philippi der. teniente de navio José César Arca |
La 2da. Sección recala en la Isla de los Pájaros, cruza la
boca sur del Estrecho y avanza hacia la Bahía San Carlos a través de la Isla
Soledad dejando permanentemente el estrecho a la izquierda de su derrota. Al
llegar a la Bahía Ruiz Puente, avista una formación integrada por varios buques
de guerra. Tras asignar el líder como blanco al primero que divisa, una fragata
Tipo 21, las tres aeronaves inician su aproximación en formación de columna
extendida.
El ataque es realizado en vuelo horizontal, a 300 pies de
altura, lanzando cada avión un reguero de cuatro bombas de 500 libras sobre el
mismo blanco (nuevamente la Ardent). Mientras las bombas del Teniente de Navío
Benito Rótolo horquillaron el blanco, una del Teniente de Navío Carlos Lecour
impacta junto a la borda. Las del Teniente de Navío Roberto Sylvester, por ser
el último numeral no pudieron ser verificadas.
Las tres aeronaves efectúan su escape a través del fuego
antiaéreo concentrado de las otras unidades de superficie, cruzando el Estrecho
y confundíéndose con el terreno en la Isla Gran Malvina para luego aterrizar en
Río Grande exhibiendo las averías propias del combate.
El día 23 a las 12:30 hs. despegan cuatro aviones nuevamente
con la misión de atacar blancos navales en la Bahía San Carlos. La división
estaba integrada por los Capitanes de Corbeta Rodolfo Castro Fox y Carlos María
Zubizarreta, y los Tenientes de Navío Marco Benítez y Carlos Oliveira. Durante
la ejecución de reabastecimiento con el avión KC-130 de la Fuerza Aérea
Argentina, el Teniente Oliveira no puede completar sus tanques suplementarios
de combustible, por cuanto debe regresar a Río Grande. Los tres aviones
restantes recalan en la Isla Gran Malvina cruzándola por el Norte alcanzan
Bahía San Carlos bajo un nutrido fuego antiaéreo.
El Capitán Castro Fox lanza sus cuatro bombas de 500 libras
sobre un Destructor Tipo "County", mientras el Teniente Benítez lanza
sus tres sobre una Fragata Tipo 21 situada a popa del Destructor y el Capitán
Zubizarreta ataca un tercer buque fondeado en la bahía, sin que sus bombas
abandonaran el avión por una falla en el rack lanzador.
Producto de esta incursión, la Fragata Tipo 21 HMS
"Antelope" termina ese día con dos bombas alojadas en su interior sin
explotar, una de 500 libras probablemente lanzada por el Teniente Benítez y
otra de 1000 libras correspondiente a un A-4B del Grupo 5 de Caza de la Fuerza
Aéra que habría atacado casi a la misma hora. Una de estas bombas estallaría en
la noche mientras intentaban desactivarla, condenando al buque a su destino
final bajo las aguas de la Bahía de San Carlos.
Después del ataque el Capitán Castro Fox, que sufría fallas
de transferencia de combustible, eyecta todas sus cargas subalares y asciende
sobre el objetivo haciendo caso omiso de las PAC de Harrier´s, regresando en
forma individual y aterrizando en Río Grande prácticamente sin remanente de
combustible. Las otras dos aeronaves logran reunirse durante el escape.
Al aterrizar en Río Grande, por causa de los bandejones de
hielo que había en la pista, el Capitán Zubizarreta revienta una cubierta y, al
irse de pista con el armamento bajo sus alas decide eyectarse, falleciendo al
impactar contra el terreno antes de la apertura del paracaídas. Paradójicamente
el avión detiene su carrera fuera de pista sin sufrir graves daños.
Durante los días siguientes se ordenan varias salidas para
realizar reconocimientos armados, algunas se cumplen sin encontrar el objetivo
y otras no pueden concluirse debido a la densa niebla y a la mala condición
meteorológica propia de la zona. A partir de allí, los vuelos se suceden hasta
el día 12 de junio, aunque la Escuadrilla no participa en ese lapso en ninguna
otra acción decisiva.
Con un saldo negativo de dos vidas y cuatro aviones
perdidos, y uno positivo de un buque hundido y tres averiados, la 3ra.
Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque constituye un ejemplo de arrojo y
valentía que jamás debe borrarse de nuestra memoria.
Su bandera de Guerra fue condecorada por “Honor al Valor en
Combate”.
Misma condecoración fue otorgada al siguiente personal:
Capitán de Corbeta Rodolfo Castro Fox, por “como Comandante
de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, participar en condiciones
físicas disminuidas a causa de un accidente de aviación anterior, dando
permanente ejemplo a sus subordinados”.
Capitán de Corbeta Alberto Jorge Philippi, por “conducir una
división de aviones que atacó con éxito unidades navales enemigas en Bahía San
Carlos, eyectarse como consecuencia de las averías producidas en su aeronave y
sobrevivir en penosas condiciones hasta ser rescatado”.
Teniente de Navío José César Arca, por “atacar eficazmente
unidades navales enemigas en Bahía San Carlos y al ser seriamente averiado,
dirigirse a Puerto Argentino bajo el fuego de interceptores enemigos,
intentando salvar su avión, no abandonándolo hasta que la torre de control, por
el estado de la aeronave, le ordenó eyectar”.
La condecoración “La Nación Argentina al Muerto en Combate”,
fue otorgada al Capitán de Corbeta Carlos María Zubizarreta y al Teniente de
Navío Marcelo Márquez.
Instituo Aeronaval
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