Malvinas : operaciones clandestinas y espionaje británico apoyados por Chile – Primera parte
Durante la Guerra de las Malvinas, Gran Bretaña montó
operaciones clandestinas, en especial de espionaje sobre Tierra del Fuego.
La guerra entre Argentina y Gran Bretaña por la posesión de
las islas Malvinas en 1982 tuvo amplia cobertura de los medios masivos de
comunicación. Las hostilidades se destacaron en la prensa escrita, en la radio
y en la televisión. Después de que el conflicto terminó, se publicaron muchos
artículos y libros, e incluso películas fueron hechas. Un punto de esa guerra,
sin embargo, es casi desconocido por público en general que pocas veces se
menciona: hubo insistentes rumores de que Chile colaboró con Gran Bretaña
mientras Argentina combatía a los invasores británicos. Esto relatos no
oficiales fueron muchas veces inferidos por expertos en guerra aérea,
principalmente británicos.
No es de esperar que los dirigentes de los países implicados
revelen las operaciones que se cree que se han realizado, pero dejar de lado la
posible existencia de esas operaciones sería ignorar un capítulo importante de
la guerra del Atlántico Sur de 1982, que probablemente fue decisivo para la
victoria de las fuerzas británicos. Precisamente por su importancia, las
operaciones clandestinas muchas veces se mantienen en secreto.
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Bombardero británico Canberra pintado con escarapela chilena para disimular las incursiones sobre territorio argentino. Estos aviones británicos violaban el espacio aéreo del sur continental argentino y Tierra del Fuego que los chilenos luego adjudicaban a ¨erroes¨ de navegación |
Mucho antes de 1982, existía fricción entre Argentina y
Chile, especialmente en torno a las islas del canal de Beagle, en el extremo
sur de la Tierra del Fuego. Por otro lado, Chile y Gran Bretaña mantenían
buenas relaciones.
Cuando el general Leopoldo Galtieri asumió el gobierno
argentino en diciembre de 1981, prometió que las "Malvinas serían
reintegradas al territorio argentino antes del 150 aniversario de la anexión
hecha por los británicos", es decir, antes de enero de 1983. Había mucho
que se desarrollaba en la región Argentina un sentimiento popular favorable a
la reivindicación, mientras que en Gran Bretaña, en 1982, el asunto era
prácticamente ignorado por la opinión pública. No parecía probable que la
recuperación argentina de las Islas Malvinas, provocara una reacción seria de
los británicos y el gobierno del general Galtieri supuestamente creía sentía
que una acción militar de ese tipo serviría para dar apoyo popular al régimen.
A principios de 1982, los servicios de inteligencia chilenos descubrieron que
una operación militar para recuperar las Islas Malvinas podría ser emprendida
por Argentina el 1 de mayo. Esto serviría de ensayo para un posible ataque,
meses más tarde, a territorio chileno, y crear un sentimiento de nacionalismo
exacerbado entre la población argentina, para dar respaldo al gobierno. En
apoyo a esta versión, los analistas militares apuntan que, tan pronto como el
desembarco argentino de las Malvinas se concretó, los infantes de marina y las
tropas de choque que la realizaron fueron trasladados a la frontera chilena; la
defensa del territorio recién conquistado quedó por cuenta de reclutas.
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Helicóptero Sea King I-IC .Mk 4 similar al ejemplar
ZA290, destruido por su propia tripulación después de aterrizar en una playa
desierta de Chile al final del día 18 de mayo de 1982
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Es probable que el gobierno chileno haya pasado a los
británicos informaciones que disponían sobre los movimientos militares
argentinos. Se cree que en la primera semana de la recuperación argentina de
las Islas Malvinas, el embajador británico en Santiago de Chile, John Heath,
pasó a servir de intermediario para una serie de entendimientos secretos, pero
formales, entre su gobierno y el del general Pinochet. Al parecer, esos garantizó
a Gran Bretaña el acceso a material recogido por los servicios de inteligencia
chilenos y el uso del aeropuerto de Punta Arenas, frente al estrecho de
Magallanes. Allí operaban aviones de reconocimiento Canberra, británicos pero
con insignias chilenas, además de helicópteros Westland Sea King y aviones de
transporte Lockheed Hercules, destinados a infiltrar en Argentina equipos de
sabotaje y espionaje del Servicio Aéreo Especial (SAS). A cambio, Chile recibió
apoyo de Gran Bretaña en la Organización de las Naciones Unidas, en torno a la
cuestión de los derechos humanos, así como aviones Canberra y Hawker Hunter
para equipar a sus Fuerzas Armadas.
Una de esas infiltraciones con helicóptero fue la
Operación Mikado, que ya fue descripta anteriormente.
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Bombardero británico Canberra PR. Mk 7 Escuadrón 100 con escarapela británica |
Los cuatro PR.Mk 7 del Escuadrón 100 tuvieron su
identificación de unidad retirada y recibieron insignias británicas pequeñas,
probablemente para misiones clandestinas.
Aviones británicos volando con insignias chilenas
Se supo que el Escuadrón 39 envió seis de sus Canberra PR.Mk
9 a Belice a mediados de abril de 1982, para que allí recibieran insignias
chilenas antes de volar a Punta Arenas en secreto.
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Bombardero británicos Canberra con la escarapela británica y chilena |
El aeropuerto local ya había
sido preparado: las ventanillas de la terminal de pasajeros habían sido bajadas
y las tripulaciones de los aviones civiles habían sido instruidas para ordenar a
los pasajeros, en tierra y en las operaciones de aterrizaje y despegue,
mantener las cortinas de las ventanas cerradas "Por razones de seguridad
nacional".
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Cazabombarderos Hawker Hunter chilenos |
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Northrop F-5 chilenos volando en 1978 |
Al lado de los Canberra británicos operaron Hawker Hunter y
Northrop F-5 de la Fuerza Aérea de Chile que, en vuelos junto a la frontera
argentina, obligaron al gobierno de Buenos Aires a dejar allí aviones de
combate que podrían haber sido desplazados a las Malvinas. Jon Snow, reportero
de la Independent Television News, dijo haber visto dos de los Canberra PR.Mk 9
en el aeropuerto de Santiago de Chile a mediados de mayo (además de dos C-141
de la Fuerza Aérea de Estados Unidos).
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Bombardero Canberra PR.Mk 9 chileno |
Además de los PR.Mk 9 del Escuadrón 39, se cree que cuatro
Canberra PR.Mk 7 fueron preparados para
ir a operar en Punta Arenas. El número real de aviones Canberra desplazados a
Punta Arenas es desconocido. Cuando el Escuadrón 39 fue desmovilizado el 28 de
mayo de 1982, sólo tres aparatos estaban en Gran Bretaña.
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Grupo de británicos infiltrados en Patagonia informando los despegues de los aviones argentinos |
Se cree que Gran Bretaña ha infiltrado
personal del SAS para avisar a la fuerza de tarea cuando aviones argentinos
partieron de tierra para atacarla. Un equipo del SAS británico observa dos
Dagger argentinos despegar para una misión antinavio. Se cree que Gran Bretaña
ha infiltrado personal del SAS para avisar a la fuerza de tarea cuando aviones
argentinos partieron de tierra para atacarla.
lo dudo, para eso estaban los chilenos que pasaban mas desapercibidos
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