Por Martín Rodríguez del
Tribuno de Salta
Rafael Cornejo Solá fue piloto de la Armada Argentina en la
guerra de Malvinas. Durante el conflicto en el Atlántico Sur fue parte de la
escuadrilla antisubmarina y de realizar tareas de reconocimiento. Tuvo una
carrera destacada y en el 2010 fue designado comandante de la Aviación Naval en
la Base Naval de Puerto Belgrano. Fue el primer salteño en llegar al grado de
contralmirante.
Nació en Salta el 31 de julio de 1955 y egresó de la Escuela
Naval Militar como guardiamarina en diciembre de 1977 y orientó su actividad
como piloto naval. Este oficial multicondecorado, que formó parte de la Marina
por 40 años, realizó doce misiones de combate durante el conflicto que enfrentó
al país con Gran Bretaña.
Recordó cómo vivió aquellos días. "Me acuerdo de lo que
uno hacía como profesional, estábamos comprometidos con las operaciones y
trabajábamos como profesionales. No pensábamos en la política, ni lo que
significaba una guerra, la trascendencia que tenía", explicó.
Al estallar el conflicto, tenía cinco años como oficial.
Cornejo Solá comentó que tenía un entrenamiento militar importante y se sentía
preparado para el conflicto. "La mayoría de las misiones nuestras eran de
reconocimiento y de exploración, donde salíamos de noche. Los vuelos hacia las
islas eran muy estresantes", resaltó el contralmirante.
Respecto a la guerra aérea diferenció el combate aéreo del
terrestre y los calificó como "distintos". "El combate en tierra
es muy duro, enfrentarse al enemigo, estar en tierra con el frío, la lluvia. En
cambio, en el combate aéreo uno desaparece en segundos y no hay contacto visual
ni físico con el enemigo pero la adrenalina es tremenda", destacó.
Durante los 74 días que duró el conflicto vivió un momento
de amenaza extrema cuando fue perseguido por un avión enemigo que intentó
derribarlo. "Junto a mi copiloto Hugo Pascual, nos persiguió un Harrier
que intentó derribarnos. Tiempo después conocí al piloto del avión inglés y nos
dijo que no nos pudo derribar porque la firma calórica del Tracker de nuestro
avión era muy poca", relató el militar.
Cornejo Solá explicó que los misiles "se
enganchan" con el calor que genera la turbina y el tracker del avión
argentino tenía poca. "Con el radar no nos podía agarrar y nos tenía que
ver visualmente. Como nosotros estábamos tan bajo no nos pudo ver, sino nos
hubiera tirado y hoy no estaría acá. Nosotros lo habíamos sentido, con el
equipo que teníamos sabíamos que nos estaban iluminando"; así contó quizás
el momento más duro durante la guerra.
Volver a Malvinas
Después de finalizar su carrera en las Fuerzas Armadas, no
se alejó totalmente de los aviones. Hoy forma parte de la compañía Andes Líneas
Aéreas, que fue titular de todos los medios hace unos días. Este militar
retirado formó parte del histórico vuelo humanitario que hizo la empresa al
transportar a 214 familiares de soldados caídos en Malvinas en dos McDonnell
Douglas MD-80. El vuelo arrancó en la madrugada del lunes 26 de marzo.
"Salimos de Ezeiza porque había que embarcar a los
familiares con tarjeta de embarco particular, ya que era un vuelo charter y
además tenía condiciones especiales porque era un vuelo humanitario. El primer
avión salió a las 3.30 de la madrugada y el otro despegó a las 4. Llegamos a
Mount Pleasant (base militar de la Royal Air Force en Malvinas) a las 7.15 y
7.40. Comenzamos los trámites migratorios que fueron fáciles y en cinco micros
nos fuimos a Darwin, que queda a 40 kilómetros", relató.
Cornejo explicó que Andes fue una de las empresas que estaba
dentro del catálogo de la Cancillería Argentina como una de líneas aéreas que
podían realizar el vuelo. "Nos llamaron para ver si teníamos capacidad
para hacer el vuelo con los dos aviones simultáneos y dijimos que sí",
afirmó el gerente de Andes. Y continuó: "Fue una logística impresionante
ya que trasladamos a 240 familiares, más la tripulación y funcionarios
nacionales. Para la empresa es un orgullo tremendo y todo Andes estuvo
consustanciado con la operación. Toda la empresa trabajó sabiendo que iban a
hacer un vuelo histórico".
En un momento de la charla Rafael Cornejo Solá recordó que
durante el conflicto tuvo como copiloto a Hugo Pascual, que años después
ingresó a la empresa como piloto. "Volvimos después de 36 años en una
cabina del avión a Malvinas. Aterrizamos y le dije: "Te das cuenta Hugo
que pasaron 36 años y volvemos a Malvinas los dos en una cabina de avión,
volando'. En este caso él como comandante de avión y yo en el transportín, en
el asiento del medio ya que no soy piloto de MD", recordó Cornejo.
El momento del aterrizaje fue muy movilizador para el
contralmirante retirado. "Era volver a recordar el 82, todo lo que eso
fue. Ver a la gente, a las madres, a los padres, a los hermanos, a los hijos
abrazando las tumbas era realmente muy motivador, muy fuerte. Durante el 82
jamás tuvimos un día como el del lunes en Malvinas, jamás. Un día de sol pleno,
fue un regalo de Dios poder estar ahí y haber compartido con los familiares de
los combatientes", finalizó.
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