Ten.de fragata pm Daniel Enrique Miguel, derribado en Malvinas cuyos restos fueron identificados por la Cruz Roja |
Las pruebas de ADN realizadas sobre los restos de los héroes
sepultados, en el cementerio de Darwin, permitieron identificar la tumba de 88
héroes argentinos caídos en combate en nuestras Islas Malvinas, entre ellos la del piloto aeronaval teniente de fragata pm Daniel Enrique Miguel.
Daniel Enrique Miguel de niño jugando con un avión |
El 28 de mayo de 1982 cerca de las 17 hs despegaba de Puerto
Argentino, en Malvinas. Junto a él, en otro Aermacchi, vuela su jefe, el
capitán de corbeta Carlos Alberto Molteni, hombre a cargo de la 1ra Escuadrilla
Aeronaval de Caza y Combate. La salida se retrasó dos veces, por los fuertes
vientos y la bajísima visibilidad. El clima mejoró apenas pero ya no se puede
esperar más: ayer comenzó la primera ofensiva terrestre de los ingleses. Pero
algo sale mal.
En tierra, el infante de marina británico Rick Strange ,
también de 24 años, junto a sus compañeros oyen el inconfundible sonido de las
aeronaves, desde hace rato, pero no pueden confirmar su ubicación porque el
equipo de radio, que tienen, está roto. Por eso cuando Strange, mira por el
visor de su lanzado misiles portátil descubre que tiene perfectamente centrado
al Aermacchi 4-A-114, y casi no puede creer la suerte tiene.
"¡Firing now!" (¡Fuego!), grita, y aprieta el
gatillo. Por un instante parece que el misil no quisiera salir hacia el objetivo
: Strange solo recuerda el tiempo infinito que tardó en salir, una breve ráfaga
de gases calientes que lo envuelve y, finalmente, al proyectil de 1,40m que
vuela recto y certero hacia el avión argentino. Pero el teniente de corbeta
Miguel debe haber visto el lanzamiento porque se pone aún más a ras del piso e
inicia una maniobra evasiva.
Pareciera que va a lograrlo.
Con su mano en el radiocontrol, el inglés adivina el futuro
y, en vez de seguirlo hacia abajo, mantiene el misil apenas por encima del
Aermacchi. De pronto, el teniente de corbeta Miguel levanta la nariz del avión
para tomar altura y escapar definitivamente hacia el este. Tal vez llega a
darse cuenta del error.
Aermacchi MB 339 de la 1º Escuadrilla Aeronaval de Ataque del Comando de Aviación Naval de la Armada Arg.
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Es tarde. Las 3,5 libras de TNT y RDX impactan entre la
cabina y el ala y hay una enorme explosión. El bólido cruza el cielo humeando
mientras pierde trozos de fuselaje -porque ya está muerto o por alguna otra
razón, el teniente de corbeta Miguel no se eyecta- e impacta no muy lejos del
aeródromo que las tropas argentinas improvisaron en Puerto Darwin. Strange lo
ve todo anonadado, y alcanza a festejar su puntería con un breve baile antes de
que sus compañeros lo tiren cuerpo a tierra. Porque todavía es la guerra y las
balas siguen silbando.
A miles de kilómetros, en la Argentina continental, la
familia del piloto no sabe con precisión lo que acaba de ocurrirle. No lo saben
esa tarde ni lo sabrán poco después, cuando una comitiva militar toque timbre y
les comunique que, oficialmente, el teniente de corbeta Daniel Enrique Miguel
está desaparecido. Ni muerto, ni vivo: desaparecido.
A la derecha el teniente de fragata p.m. Daniel Enrique Miguel |
El silencio de radio oficial no podrá romperlo el padre, a
pesar de sus 45 años como miembro de la Armada, ni la madre, que morirá cuatro
lustros después aún esperando al hijo, ni su novia, que lo aguarda con la boda
ya organizada, ni su hermano menor Sergio, que recordará para siempre aquel fin
de semana mágico en que el teniente de corbeta Daniel Enrique Miguel estaba de
guardia en la Base Aeronaval Punta Indio y lo invitó a volar: dos niños de 22 y
18 años haciendo piruetas a 800 km/h en un avión de caza y ataque.
Nadie sabrá más nada hasta ese día del otro siglo, en que
Sergio abrirá su Facebook y descubrirá que tiene un mensaje privado de alguien
que no conoce. Es un hombre de Grateley, un pueblito de Inglaterra. Se llama
Rick Strange. El mensaje empieza más o menos así: "Yo fui el que mató a tu
hermano".
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