El día en que el jefe inglés salvó su vida por un minuto
La situación en el teatro de Operaciones Malvinas
El enemigo ya tenía a la vista la población de Puerto
Argentino y avanzaba desde tres direcciones:
Harriet -
Tumbledown. Longdon - Wireless Ridge Murrell - Cortley Hill.
Además, una columna de 1.000 hombres y treinta vehículos
livianos de apoyo (tipo Scorpion y Land Rover), avanzaba por la península de
Freycinet con dirección sur.
La artillería argentina(GA 3 y GA Aerot 4) tiró, en forma
casi ininterrumpida, sobre las posiciones enemigas en North Basin, Monte
Longdon y Drunken Rocks; también apoyaron el combate del BIM 5 y R 17. Desde
sus posiciones, los artilleros vieron el repliegue de parte de la infantería
que se retiraba de la primera línea.
Un Hercules abortó un primer intento de aterrizaje, tocó
tierra en un segundo intento, a las 19:10 hs. Se bajó un cañón Citefa 155mm y
munición. Se ordenó embarcar. Entre el pasaje viajaban los integrantes de la
ROA que habías sido desactivada el día anterior y los efectivos reemplazados de
la batería. Una alarma roja obligó a suspender la operación, cortar motor y
buscar refugio. A las 20:00, se ordenó nuevamente el embarque, dando prioridad
a los heridos en camilla; se vieron bengalas en la aldea; el teniente Reyes, el
CP Cardoso y el C Albornoz no pudieron embarcar. Este fue el último cruce del
conflicto.
El jefe de escuadrón comentó: - ya no hay como pararlos,
tienen mejores medios a su disposición, mientras el duelo de artillería
continuaba. Estaba fallando el abastecimiento de agua debido a la rotura de las
cañerías.
El Ejército se replegaba; el enemigo estaba a 3,5 Km de los límites
de la aldea; las avanzadas se hallaban a la altura del ex-cuartel de los Royal
Marines en Moody Brook.
Ataque aéreos en apoyo a las fuerzas terrestres
Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Nene", armados
con tres bombas BRP. Misión: tropas Monte Dos Hermanas. Tripulación: (1)
Capitán Antonio Zelaya, (C-230); (2) Teniente Omar Gelardi, (C-227); (3)
Teniente Luis Cervera, (C-212); (4) Alférez Guillermo Dellepiane, (C-221).
Despegaron de San Julián, a las 10:35. En el reabastecimiento, regresó el guía
por absorción de combustible en la turbina. Los "Nene" quedaron a
cargo del Nº 3, Teniente Cervera.
Partieron hacia el objetivo material, donde llegaron detrás
de los "Chispa".
Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Chispa", armados
con tres bombas BRP. Misión: tropas en el Monte Dos Hermanas. Tripulación: (1)
Capitán Carlos Varela, (C-222); (2) Teniente Mario Roca, (C-250); (3) Teniente
Sergio Mayor, (C-235); Alférez Marcelo Moroni, (C-237). Despegaron de San
Julián a las 10:41. Navegación y reabastecimiento normal.
Los reabastecedores
Hercules KC-130, TC-69. Tripulación: Vicecomodoro Luis
Litrenta, Capitán Guillermo Distéfanis, Mayor Francisco Mensi, Cabo Principal
Juan Perón, Cabo Principal Juan Tello, Suboficial Auxiliar Hugo González,
Suboficial Auxiliar Vicente Luis Reynoso, Suboficial Auxiliar Manuel Lombino.
Despegó de Río Gallegos a las 09:15 y se dirigió al puesto de control de
reabastecimiento aéreo al regreso de los A-4B Skyhawk.
Hercules KC-130, TC-70. Tripulación: Vicecomodoro Eduardo
Pessana, Primer Teniente Gerardo Vaccaro, Mayor Eduardo Gómez, Cabo Principal
Mario Cemino, Cabo Principal Francisco Martínez, Suboficial Auxiliar Oscar
Ardizzoni, Suboficial Auxiliar Mario Amengual, Suboficial Principal Andrés
Manyszyn. Despegó de Río Gallegos, a las 09:15, arribó a las 14:25.
Relata: Cap.Carlos Varela
-En el reabastecimiento se notó la experiencia acumulada en
todas las misiones , anteriores ya que se la hizo en poco tiempo y sin hablar
una sola palabra, como autómatas, yo tenía un avión sin pintar, el único, por
lo que lo apodamos “El Tordillo” por lo que resulto fácil formar a mis
numerales, en el rasante sobre el mar encontramos llovizna lo que hacía que mi
avión se perdiese de vista, pero no mi estela sobre el agua, de acuerdo a lo
que luego me comento Cervera, entramospor el Noroeste sobre la península San
Luis encontrando casi de inmediato a un Sea King Ingles al cual le pase muy
cerca, mi objetivo estaba en la parte noroeste de la ladera de los cerros
conocidos como “Dos Hermanas”, sobre el terreno navegamos a muy baja altura, mi
hora de ataque era a las 12:15, a las 12:13 el operador del radar de Malvinas pregunto si había alguien en la frecuencia a lo que
solo yo conteste con mi indicativo
-CHISPA
-Inmediatamente me informa
-¡Atento CHISPA, tiene una PAC de Harrier al este de Puerto
Argentino a unas 15 millas, hay otra al norte de la entrada de la Bahía de la
Maravilla, una tercera, al sur a la altura de Bahía Agradable y una cuarta al
norte de la entrada al Estrecho de San Carlos!
El capitán Varela tripulaba un A-4B sin pintar, recubierto por pintura antióxido bautizado como ¨El Tordillo¨ |
-La situación no podría ser más tétrica, tuve un segundo de
indecisión, pensando que muchos de los que comandaba podrían no regresar si
continuaba, pero luego pensé que un piloto de combate no puede volverse a dos
minutos del blanco y seguí hacia el objetivo mientras le pedía al operador que
me mantuviese informado sobre las PAC, me dijo que no me tenía en pantalla
debido a que volábamos a baja altura, lo que me tranquilizo porque al enemigo
también le resultaría difícil detectarnos, se ve que sus observadores adelantados
eran efectivos por que dos de esas patrullas pusieron rumbo hacia nosotros,
unos 30 segundos antes del blanco me hizo aumentar mi concentración un soldado
Ingles que asomo sobre una loma caminando distraídamente que al verme quedo tan
sorprendido que no se movió, podría decir que claramente su cara de sorpresa,
del otro lado de la elevación observe una especie de campamento color verde,
armazones de radar y helicópteros estacionados, aparentemente estaban muy
tranquilos y nadie los molestaba los puse dentro de mi mira y arroje mis bombas
mientras ordenaba a mis numerales hacer lo mismo.
Relata : Teniente ¨Tucu¨ Cervera
Mi escuadrilla despego primero sin el Alférez Dellepiane que
tuvo que cambiar de avión por una falla que hubo en la puesta en marcha, una
vez subsanado el inconveniente despego luego con la escuadrilla del Capitán
Varela, en la navegación hasta el reabastecedor, los pensamientos y recuerdos
para con mi familia fueron infinitos, ya que era el único momento del vuelo que
podía distraer mi atención en mis sentimientos hacia ellos.
En absoluto silencio de radio procedimos a realizar el
reabastecimiento de nuestros aviones y fue cuando vi a mi jefe de escuadrilla
Capitán Zelaya sin completar su recarga, desacoplar en forma violenta y
comenzar un brusco descenso; consultado lo ocurrido, me contesta que tenía una
sobre temperatura en el reactor debido a la ingesta de combustible por una fuga
en el reabastecimiento y ya que en esas condiciones no podía continuar con la
misión tuvo que regresar a la base y nuevamente quedé al mando de la
escuadrilla para cumplimentar la misión asignada.
A partir de esos momentos el Capitán Varela a cargo de la
escuadrilla ¨Chispa¨ me pide ir adelante debido a su mayor experiencia, así, él
paso a comandar el ataque y yo debía mantenerme a 15/30 segundos atrás, para no
tragarme las esquirlas de sus bombas.
Terminado el reabastecimiento de todos
los aviones comenzamos el descenso manteniéndome a la vista de los Chispas y
controlando mi navegador OMEGA si nos manteníamos en la ruta correcta, cosa que
se cumplió al pie de la letra en tiempo y espacio.
El descenso se dificultaba debido a la nubosidad en varias
capas que se encontraba en la zona, cuando los Chispas perforaban la capa yo
los perdía de vista, era entonces donde yo me aferraba al régimen de descenso y
rumbo que llevábamos hasta salir de las nubes y encontrar a los Chispas
adelante y abajo mío, así de esta forma pasamos aproximadamente cinco capas de
nubes.
Una vez a ras del agua me era más fácil mantenerme a la vista
de la escuadrilla que me precedía debido a que ellos iban tan bajo, que el
chorro de sus reactores dejaban una notable estela en el agua, como si fueran
cuatro lanchas, era realmente impresionante verlos tan pegados al agua. Así
llegamos a la Isla Soledad por la parte noreste y entramos de norte a sur, ya
sobrevolando tierra firme escuchamos al controlador de nuestro radar en
Malvinas preguntando ¿ hay alguien en el aire? A lo que respondimos los dos
jefes de escuadrillas dando nuestro rumbo de aproximación y posteriores
intenciones con respecto al objetivo a batir.
Ataque al campamento británico de la escuadrilla Chipa-Nene del 13 de junio de 1982 |
Fue entonces cuando el radar nos da la valiosísima
información donde estaban las patrullas aéreas de combate (PAC) inglesas; una
sección de Sea Harrier sobrevolando en la zona de Bahía Agradable, una en la
desembocadura sur y otra en la desembocadura norte del estrecho de San Carlos,
cosa que nos hacia ver que estábamos rodeados y que no tendríamos por donde
salir después del ataque.
Contemplando la situación, le dije al Capitán Varela que si
le parecía bien volviéramos por el mismo lugar que habíamos entrado sabiendo
que estaba desprotegido, corriendo el riesgo al hacer un 180º sobre el enemigo,
pero desde ya menos peligroso que las PAC, a lo que contesto afirmativamente.
Mientras transcurría nuestra breve comunicación, ya
estábamos muy cerca del objetivo y cada vez se me hacia más complejo seguir y
mantener la distancia con los Chispas, ya que los cambios de rumbo eran
frecuentes y lo ondulado del terreno no me permitía verlos con claridad. Yo
empeñado en eso, me llenó de sorpresa cuando escucho al Capitán Varela dar la
orden a su escuadrilla de ¨ tirar!!, tirar!!¨, fijo mi atención en ellos y veo
las explosiones de las doce bombas lanzadas. Fue entonces cuando bruscamente y
lamentándome por mis numerales, puse rumbo hacia las explosiones ya que allí
estaba nuestro objetivo.
El comandante de las fuerzas británica gral J.Moore |
Relata: Teniente Sergio Mayor
"Nunca sabíamos qué era exactamente el blanco. Sólo si
era terrestre o marítimo. Para ese día teníamos asignado un ataque terrestre a
las 12.15. Salimos ocho aviones, pero por un problema uno se volvió. Yo era el
numeral tres e iba detrás del líder, que era el capitán Varela. Volamos todo el
tiempo a dos o tres metros de altura sobre el agua y sin comunicarnos por
radio, ya que era la única manera de que los ingleses no nos detectaran".
Cuando estaban llegando a las islas, en la radio se escuchó
la voz del operador del radar de Malvinas, que preguntaba:
—¿Hay alguien en frecuencia?
—Los "Chispas"—, respondió el jefe de escuadrilla
Varela, refiriéndose al nombre en clave que tenían asignado para esa misión,
luego de dudar un segundo porque preferían no hablar por radio para evitar
delatarse. Varela agregó una pregunta:
—¿Usted nos tiene en pantalla?
—No.
—Entonces ellos (por los ingleses) tampoco.
Al llegar a la isla los aviones siguieron con el vuelo
rasante, pero ya no a una altitud fija, porque debían contornear las
irregularidades del terreno, siempre a unos 800 kilómetros por hora y separados
a 10 metros de distancia uno del otro. Cuando cruzaron Bahía Anunciación, que
es la siguiente hacia el norte luego de la de Puerto Argentino, Mayor vio un
muelle, una casa y un helicóptero en funcionamiento.
"Inmediatamente después de verlo, el radar empezó a
anunciar las distintas PAC (Patrulla Aérea de Combate) que venían hacia
nosotros. En total serían unos seis aviones Sea Harrier. El helicóptero dio el
alerta"
—¿Qué piensa un piloto en el momento que se entera que otro
avión viene a derribarlo?
—La sensación es: "Que me dejen llegar al blanco para
que valga la pena el esfuerzo".
Varela hizo una curva en "U" y emprendió el
regreso por donde había venido, disparando con sus ametralladoras. Los demás lo
siguieron. "Vi que desde un helicóptero me disparaban, lo encaré y le
disparé. Veía las manchitas marrones en el fuselaje que le iba dejando. Eran
los impactos. Eso habrá durado una fracción de segundo."
El campamento de Moore había sido detectado por el radar
argentino de Malvinas debido al gran movimiento de helicópteros —al momento del
ataque habían más de 20— y así se habían fijado las coordenadas del blanco.
Pero ninguno de los pilotos sabía antes del ataque que allí estaba Moore, el
jefe de las tropas británicas. Solo se enteraron de esto meses después.
"Gracias a ese bombardeo se retrasó la embestida final contra Puerto
Argentino", asegura Mayor, quien revela que "antes de salir ya
sabíamos que Puerto Argentino estaba a punto de caer".
La hora de vuelo de regreso cada cual la hizo por su cuenta,
ya que la formación había quedado desarmada. Tenían el combustible justo para
llegar. Excepto el último avión de la cuadrilla, que era el que había recibido
más fuego. Tenía su tanque averiado y tuvo que realizar la última media hora de
vuelo "enchufado" a un Hercules de que le pasaba combustible,
mientras el tanque seguía perdiendo.
El Alférez Dellepiane sin los tanques suplementarios y voló
en zigzag con rumbo 360º, hasta la salida de la Isla Soledad; luego, puso rumbo
290º, localizando una fragata detenida en la boca Norte del Estrecho de San
Carlos. Colocó rumbo 250º, voló veinte minutos más y se dirigió al
reabastecedor, con nivel de vuelo 420. Observó que el escaso combustible
remanente no alcanzaba para llegar al Hercules KC-130. Al informar la novedad,
el vicecomodoro Litrenta se lanzó hacia Malvinas a buscarlo. Se encontraron, pudo
engancharse al avión reabastecedor y llegar
al continente sano y salvo.
Esta heroica misión fue la última del conflicto para
los A-4 Skyhawks argentinos, el 14 de junio, las heróicas tropas terrestres argentinas sin refuerzos, tuviero que deponer las armas.
La heróica Fuerza Aérea y la Aviación Naval Argentina le hicieron un duro costo a la flota británica la cual creyó que lo suyo sería un placentero paseo por las costas de nuestras Islas Malvinas.
La heróica Fuerza Aérea y la Aviación Naval Argentina le hicieron un duro costo a la flota británica la cual creyó que lo suyo sería un placentero paseo por las costas de nuestras Islas Malvinas.
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