El derribo del Hércules TC-63 de la Fuerza Aérea Argentina
1º de Junio de 1982 :
En cumplimiento de la Orden Fragmentaria 2258, el Hércules
TC-63 se alista en las primeras horas para realizar uno de los llamados “vuelos
locos”: exploración y reconocimiento marítimo al Norte de Malvinas. Una misión
de alto riesgo dada la situación táctica del momento. Se estima que el primero
de ésta clase de vuelos sucedió el 26 de Mayo con el indicativo “Loco” a cargo
del TC-64. La táctica utilizada para la detección de objetivos navales aún hoy
congela la sangre:
Vuelo rasante sobre el mar a 590 km/h hasta una posición
determinada, allí una rápida trepada con 30 grados nariz arriba hasta alcanzar
los 10.000 pies, encendido del radar, dos a tres barridos para detectar blancos
y rápido descenso para plancharse nuevamente sobre el mar con un cambio de
rumbo de 45 grados. Cada maniobra se repetía cada 20 a 30 minutos y el patrón
de vuelo asemejaba a una doble v (W), patrón conocido también como “dientes de
perro”.
Un elemento resultó vital para éstas misiones y fue el
sistema de identificación amigo-enemigo (IFF). Si el mismo se activaba, era
señal que el Hércules estaba siendo iluminado por un radar, el paso siguiente
era detectar la posición del mismo. Entonces se ascendía, se buscaba el emisor
o blanco con el radar meteorológico, se determinaba su posición mediante los
navegadores inerciales y se transmitía la posición, aunque casi siempre el
procedimiento debía repetirse para confirmar la posición de los blancos, hecho
que volvía exponerlos a un ataque.
La situación Táctica
Para fines de Mayo, los ingleses ya se habían consolidado en
San Carlos y comenzaban su avance hacia Puerto Argentino. El día 30 de Mayo se
determinó que los Harriers ya operaban en una base improvisada en San Carlos,
hecho de singular importancia porque no sólo podrían realizar misiones de apoyo
cercano sino también frenar cualquier vuelo argentino desde el continente hacia
Puerto Argentino. Para confirmar las sospechas y fijar la posición estimada de
la base, se fija una táctica que consistía en utilizar un par de Mirage III
como señuelos y así el radar de Malvinas determinaba la posición aproximada de
despegue de los Harrier’s británicos para luego coordinar un ataque a dicha
base de despliegue.
La misión fue un fracaso. En la madrugada del 31 de Mayo el
radar de Malvinas recibe el ataque de un bombardero Vulcan armado con misiles
antirradar Shrike. Para evitar la destrucción, el radar es desconectado. Sin
embargo los dos Mirage III con el indicativo “Pitón” despegaron de Río Gallegos
rumbo a Malvinas y a sólo 10 minutos de vuelo se les ordenó regresar ante la no
disponibilidad del radar. Por la tarde, los mismos Mirage intentaron nuevamente
la misión pero no pudieron tomar contacto con el radar de Malvinas y la misión
nuevamente se frustró.
Para el Martes 1º de Junio, en las primeras horas de la
madrugada (04:50) dos Canberra (Indicativo Huinca) bombardean posiciones
inglesas en Monte Kent. A sólo cinco minutos del ataque, el CIC (Centro de
Información y Control de Malvinas) detecta dos Sea Harriers que intentan dar
caza a los Canberra. La persecución dura unos 20 minutos y luego de múltiples
enlaces se logra informar a uno de los Canberra que eran perseguidos por Sea
Harriers. Con maniobras evasivas, eyectando los depósitos auxiliares y lanzando
chaff, los Canberra logran eludir a los británicos. A las 07:58 el CIC detecta
la presencia de nuevas PAC (Patrullas Aéreas de Combate) de Sea Harriers.
A las 06:30, el Hércules TC-63 con el indicativo Tiza
despega desde Comodoro Rivadavia pero algunos problemas técnicos lo obligan a
regresar y recién vuelve a despegar a las 08:53. Al mando del Hércules se
encuentra el Capitán Rubén Martel, secundado por Capitán Carlos Krause como
navegador el vicecomodoro Hugo Meisner; completando la tripulación los CP
Miguel Cardone, CP Carlos Cantezano, SP Julio Lastra, y SA Manuel Albelos. La
OF 2258 los llevará a sólo 100 Kilómetros al Norte de Malvinas.
Momentos antes el Hércules TC-66 aterriza en Puerto
Argentino y más tarde regresa al continente. La operación es detectada por los
británicos que ponen en el aire varias PAC que se posicionan en las
proximidades de San Carlos; en tanto al Oeste de Malvinas, cerca de los islotes
que conforman las llamadas Islas Cebadles, es destacada la fragata británicas
HMS Minerva para vigilancia aérea.
Hacia esa zona se dirigía el TC-63. Se desconoce si la
tripulación tenía conocimiento de la intensa actividad británica que estaba
sucediendo en ésos momentos. Se estima que no ya que el silencio radial era
vital para la seguridad de la misión.
El derribo del TC-63
El TC-63 ya había cumplido su primer recorrido a las 10:25 y
unos diez minutos después completó el otro cambio de rumbo acercándose a
Malvinas por el Norte, a unos 40 kilómetros del Estrecho de San Carlos. En uno
de los ascensos, el Hercules fue detectado por el HMS Minerva quien transmitió
la información a una PAC de Sea Harrier’s que se encontraban en las
proximidades. La sección la integraba el teniente Niguel David “Sharkey” Ward y
el teniente Steve Thomas. Como ambos contaban con poco combustible, fueron
directamente vectoreados hacia el blanco. Ward a bordo del Sea Harrier XZ451
localizó al Hercules con su radar Blue Fox. Una capa de nubes no le permitía
tomar contacto con el avión, entonces Ward descendió y Thomas se mantuvo a algo
más de 3.000 pies. A pocos segundos localizó al Hércules a unos 10 kilómetros
por delante, volando en rasante. Para entonces los integrantes del TC-63
conocían que habían sido detectados, pero ignoraban la inminencia del ataque.
De hecho los reportes indican que el Hércules volaba hacia el Oeste, con 200
pies de altitud; recto y nivelado o sea sin intentar realizar alguna maniobra
evasiva.
En el libro "Air War South Atlantic", los autores
ingleses Jeffrey Ethell y Alfred Price describen con crudeza el episodio:
"...después del amanecer, el día parecía aburrido y el
tiempo, marginal, proveía una excelente cobertura para los aviones de
transporte argentinos. Esa mañana un C-130H Hércules piloteado por el capitán
Rubén Martel, se asomó (ascendió) al norte del Estrecho de San Carlos para
hacer una breve búsqueda radar por buques británicos. Cuando el Hércules
emergió sobre el horizonte, a unas 20 millas al norte de la boca del estrecho,
fue detectado por el radar de búsqueda de la fragata Minerva, que operaba como
centro de control aéreo.
Inmediatamente el Lt Cdr Ward y el Lt S Thomas del Sqdn 801
de patrulla en el área, fueron vectoreados para la interceptación."
En las palabras de Thomas: "Sharkey (Ward) lo tomó en
su radar, el avión iba rumbo al oeste. Pensamos que podría ser un C-130H por su
baja velocidad. Ward descendió (entre nubes) para atacar. Yo permanecí sobre la
capa, a 3.000 pies, para el caso de que el avión ascendiera por sobre ella.
Luego, Ward informó que tenía un Hércules a la vista, a
distancia de seis millas aproximadamente, y descendí para reunirme con él. Salí
de las nubes justo para ver un misil que dejaba su avión, y directo al frente
divisé al Hércules volando a 200 pies en vuelo recto y nivelado. Estando escaso
de combustible, Ward había lanzado su misil fuera de alcance que,
sorpresivamente, perdió impulso y cayó al agua.
Se acercó más y lanzó el segundo misil, que impactó entre
los dos motores de la derecha e inmediatamente se incendió. Al continuar su
relato, Thomas descubre, en pocas palabras, la inhumana actitud de Nigel Ward,
un Comandante de Escuadrón que violó toda ética guerrera y toda regla de
combate, escrita o no escrita. El C-130H todavía se mantenía, entonces Ward se
acercó aún más y vació sus cañones de 30mn en él. El Hércules entró en una
espiral picada hacia la izquierda, sin control, el ala tocó en el mar, viró
sobre sí mismo y se desintegró.
Con el avión averiado seriamente, cuando sólo le restaba
tratar de amerizar en aquel mar picado, evacuar y esperar al buque de rescate,
la misión de los Harrier había sido cumplida con creces. No hacía falta más.
Horas después, un Lear Jet piloteado por el vicecomodoro Rodolfo de la Colina
intentaría ubicar la zona de la caída pero una patrulla aérea de combate lo
obligó a dejar el lugar. Lo acompañaba el comodoro Ronaldo Ferri quien, ante el
derribo de uno de "sus" aviones, dejó otra vez su puesto en Comodoro
Rivadavia para colaborar en la búsqueda aún sabiendo que aviones británicos
intentarían emboscar a los exploradores.
Los siete tripulantes
del TC-63 jamás fueron encontrados y De la Colina fallecería seis días después...
pero esa es otra historia.
El TC-63, luego del impacto del 2do. misíl ya se encontraba
totalmente inutilizado, fuera de combate. En ése estado no llegaba ni siquiera
a las islas (lo más cercano); por el riesgo de perder totalmente el plano
derecho en cualquier momento.
El británico, en su afán por sumar un “derribo” más, vació
toda su munición de 30 mm sobre el Hércules. Negándole al Comandante del avión,
la única posibilidad de sobrevivencia; la de amerizaje. Emergencia en la cual
hay que tratar de posar en el agua, lo más suavemente posible y evacuar la
tripulación. Dada la estructura del mismo, da oportunidad de flote unos
minutos, para la evacuación.
El relato del numeral, después del ARR, dio lugar a una
investigación más profunda y según información que me llegó, fue dado de baja y
quitado las condecoraciones. Hace unos años atrás, hizo llegar una corona para
ser colocada en el cenotafio del TC-63 en Palomar, pero se ordenó su retiro,
como queriendo “disculparse” de lo que hizo.
Saludo UNO .-
ResponderBorrarGloria por siempre!!! Viva PATRIA!!!
ResponderBorrarRecordarlos por siempre !!
ResponderBorrarAviadores argentinos! Guerreros poderosos cubiertos de gloria. Granaderos del firmamento!
ResponderBorrarMiguel Angel Cardone. Acabo de enterarme de tu destino. Gloria a los combatientes en Malvinas. " Mas vale ser querido que temido". (Lema de patrulla Pantera Negra, Scouts de Las Varillas, de la cual fuiste jefe). Jorge Paire.
ResponderBorrarMiguel Angel Cardone. Gloria a los Combatientes de Malvinas!!. "Mas vale ser querido que temido" (Lema de patrulla Pantera Negra, grupo Scouts de Las Varillas.
ResponderBorrarQué dios y la patria les de paz por el sacrificio máximo que puede dar un soldado , su vida , gracias por tanto y perdón por tan poco ... saludo uno !!!!
ResponderBorrarQué dios y la patria les de paz por el sacrificio máximo que puede dar un soldado , su vida , gracias por tanto y perdón por tan poco ... saludo uno !!!!
ResponderBorrarActualmente en la ciudad de Las Varillas, Córdoba, una calle recuerda al Cabo Principal Miguel Angel Cardone.
ResponderBorrarSupongo que la adrenalina de la guerra solo la pueden explicar los que lamentablemente la vivieron, pero se supone que son o eran una de las potencias mundiales, con un entrenamiento superior a cualquier otra. Rematar a un avión, que sabía que no llevaba armas de defensa, y que ya le había acertado con un misil, es simplemente de cobarde. Era cuestión de minutos para que terrible armatoste, intentara acuatizar, y minutos para que se hunda, salvándose quizás, algún tripulante. Pero tenía que seguir disparando el cobarde, a un avión sin armas, averiado por un misil, a punto de caer, para que se destruya y no haya sobrevivientes. Como disparar a un ave dentro de su jaula. Eso lo pinta de cuerpo entero
ResponderBorrarAdolf Galland un as de combate Alemán de la segunda guerra mundial cuenta que uno de sus pilotos le disparo a un piloto ingles de Spitfire que había saltado de su avión en llamas y le incendio el paracaídas con balas trazadoras durante la batalla de Inglaterra, informado de esta situación Galland ordeno el despido de este piloto de su escuadrón considerándolo falta de caballerosidad y ASESINO!! Nadie lo quería en sus escuadrón y termino la guerra como oficinista.
ResponderBorrarEstuve investigando en las redes y en Internet el caso de este piloto que según describe el artículo habría sido despojado de sus honores o medallas por el derribo del Hercules y la forma en que se manejó disparandole con cañones cuando ya la suerte del avión estaba echada. No encontré nada al respecto, lo único es que fue condecorado por sus seis derribos durante el conflicto y se retiró, incluso pudo volar con su hijo que siguió sus pasos como piloto de combate. Hoy tiene 77 años.
ResponderBorrarEl Hércules ya caía al mar después del primer impacto pero podría haber amerizado pero está mierda de ser humano con 0 de camaderia no les dió la oportunidad da asco tanta cobardia
ResponderBorrarTambien en la guerra hay acciones de combate heroicas y cobardes.
ResponderBorrarEl C130 TC63 no estaba artillado y solo debia dejarlo amerizar,
Gloria y Honor!
Malvinas por siempre!!!